¿Qué es la CMT?


La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es la neuropatía sensitivo-motora más frecuente, afecta 1 de cada 2500 personas. Puede aparecer en la infancia, adolescencia o en la edad adulta. Dentro de la misma familia puede haber varios miembros afectos, con características clínicas muy distintas.

La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es un grupo de trastornos neuromusculares hereditarios que afectan los nervios periféricos, los cuales son responsables de transmitir información desde el cerebro y la médula espinal hacia el resto del cuerpo, así como de enviar señales sensoriales de regreso al sistema nervioso central. Esta afección puede llevar a la debilidad muscular progresiva, problemas de sensibilidad, y alteraciones en la coordinación motora,  provocaNDO debilidad y atrofia muscular principalmente en piernas y pies.

Desde el punto de vista genético, la CMT está causada por mutaciones en más de 90 genes diferentes que codifican proteínas estructurales o funcionales del nervio periférico.

Una característica clave de la CMT es su variabilidad, ya que puede manifestarse de diferentes maneras en las personas afectadas. Los síntomas comienzan típicamente en la adolescencia o la edad adulta temprana, aunque el inicio puede ocurrir a cualquier edad. Por lo general, la debilidad muscular comienza en los pies y las piernas, lo que puede causar dificultades para caminar, caídas frecuentes y deformidades en los pies, como arcos elevados o dedos en martillo. A medida que la enfermedad progresa, los síntomas pueden extenderse a las manos y los brazos.

¿Cuáles son las causas de la CMT?

Desde el punto de vista genético, la CMT está causada por mutaciones en distintos genes, se han encontrado más de 90 genes diferentes que pueden causar la enfermedad. 

Es importante conocer los antecedentes familiares para poder realizar un “Árbol genealógico”.

Se transmite de padres a hijos cuando es hereditaria, aunque también puede aparecer de manera espontánea “Mutación de NOVO” mientras se forma el ADN en un niño. Una vez que hay una mutación espontánea, puede ser heredada por futuros hijos. 

La CMT es algo con lo que se nace, no es contagiosa.

 La CMT puede transmitirse con herencia autosómica dominante (AD), autosómica recesiva (AR) o ligada al cromosoma X.

A pesar de la heterogeneidad genética del CMT, aproximadamente el 90% de todos los casos se encuentran en estos genes (CMT1A, CMT1B, CMT2,CMT4, y CMTX): que codifican para estas proteínas: PMP22, MPZ,MFN2,GDAP1,GJB1. 

Tipos

Existen varios tipos de CMT, cada uno con sus propias características:

CMT1: es una forma de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth causada por anormalidades en la capa de mielina que recubre los nervios. CMT1A, una de sus variantes, se debe a una duplicación del gen en el cromosoma 17 que instruye la producción de la proteína periférica de mielina-22 (PMP22). El exceso de esta proteína afecta la estructura y función de la mielina. CMT1A es generalmente de progresión lenta y provoca debilidad muscular, atrofia y otros síntomas en las piernas y las manos. CMT1B, otra variante, resulta de mutaciones en el gen que codifica la proteína de mielina cero (MPZ o P0) y produce síntomas similares a CMT1A.

CMT2: A diferencia de CMT1, CMT2 afecta directamente al axón de las células nerviosas periféricas en lugar de la mielina. Aquellos afectados por el Tipo 2 pueden experimentar el comienzo de los síntomas en una amplia gama de edades, evidenciando además una mayor diversidad en el nivel de discapacidad que experimentan.

CMT4: Este subtipo involucra diferentes tipos de neuropatías hereditarias que se heredan de manera autosómica recesiva, lo que significa que ambos padres portan la mutación genética. Los síntomas incluyen debilidad en las piernas desde la infancia y una incapacidad para caminar en la adolescencia.

CMTX1: Esta variante se hereda de manera ligada al cromosoma X, lo que significa que se relaciona con los cromosomas sexuales. Los hombres que heredan la mutación suelen experimentar síntomas más graves que las mujeres.

El diagnóstico se realiza mediante EMG(electromiografía), estudios de conducción nerviosa y sobre todo análisis genético, que permite identificar la mutación específica subyacente.


Síntomas

La enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) es una condición neuromuscular que puede presentar una gran variedad de síntomas, y estos pueden variar en gravedad de una persona a otra, incluso dentro de una misma familia. Algunos de los síntomas más comunes de la CMT incluyen:

Debilidad muscular: La debilidad muscular es uno de los síntomas principales de la CMT. Por lo general, comienza en los pies y las piernas y puede progresar hacia las manos y los brazos. Esta debilidad puede dificultar actividades como caminar, levantar objetos y mantener el equilibrio.

Atrofia muscular: La CMT puede llevar a la atrofia muscular, lo que significa que los músculos pueden perder tamaño y fuerza con el tiempo. Esto puede resultar en una apariencia de piernas y brazos más delgados.

Dificultades en la marcha: Debido a la debilidad en los músculos de las piernas y los pies, las personas con CMT a menudo experimentan dificultades en la marcha. Pueden tener un patrón de marcha inestable, elevando los pies para caminar, o tropiezos frecuentes, porque se camina arrastrando los pies

Deformidades en los pies: Algunas formas de CMT pueden causar deformidades en los pies, como pie cavo (con arco alto) o dedos en martillo. Estas deformidades pueden afectar la forma en que una persona camina y se mueve.

Dificultades en las manos: La debilidad en los músculos de las manos puede llevar a dificultades con tareas finas, como abrochar botones, escribir o manipular objetos pequeños. Cierta dificultad con las manos para sujetar cosas.

Problemas sensoriales: Las personas con CMT pueden tener dificultades para sentir calor, frío o dolor en estas áreas. Manos y pies fríos. Entumecimiento u hormigueo en los pies o las manos

Dolor: Algunas personas con CMT experimentan dolor, que puede ser causado por la debilidad muscular, deformidades o la presión sobre los nervios.

Fatiga muscular: La debilidad muscular y la compensación constante pueden llevar a la fatiga muscular, lo que significa que una persona puede cansarse más rápidamente durante la actividad física.

Problemas de coordinación: La CMT puede afectar la coordinación motora, lo que puede hacer que las tareas que requieren precisión, como escribir o tocar instrumentos musicales, sean más difíciles.

Con menos frecuencia y en algunos tipos de CMT hay:

-Apnea del sueño,

-Problemas para tragar o asfixia,

-Pérdida de la audición,

-Escoliosis y problemas respiratorios (debido a la debilidad de los músculos respiratorios).

Es importante destacar que la gravedad y la combinación de estos síntomas pueden variar ampliamente entre las personas con CMT. Además, existen diferentes tipos y subtipos de CMT, cada uno con sus propias características específicas.

 


Diagnóstico


El diagnóstico de la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) implica una evaluación exhaustiva que generalmente incluye los siguientes pasos:

Historial médico y familiar: El primer paso es establecer si el paciente presenta una neuropatía hereditaria.

 Dado que a menudo los familiares afectados tienen síntomas imperceptibles, subclínicos, incluso están asintomáticos, es importante explorar al máximo número posible de familiares. Esto posibilita detectar signos mínimos de enfermedad, pie cavo o arreflexia, de esta manera se perfilará mejor el patrón de herencia. El examen de la musculatura de las extremidades inferiores mediante resonancia magnética ha ayudado a detectar signos incipientes de atrofia grasa.

Examen físico: Se realizará un examen físico completo para evaluar la fuerza muscular, los reflejos, la sensibilidad y la coordinación. El médico puede prestar especial atención a los pies, las piernas y las manos, ya que estos son los lugares donde suelen aparecer los síntomas en CMT.

Pruebas de conducción nerviosa: Las pruebas de conducción nerviosa, como la electromiografía (EMG) y la velocidad de conducción nerviosa (NCV), son fundamentales para el diagnóstico de CMT. Estas pruebas evalúan cómo los nervios transmiten las señales eléctricas y pueden ayudar a determinar si hay una disfunción en los nervios periféricos.

Pruebas genéticas: En muchos casos, el diagnóstico definitivo de CMT se realiza mediante pruebas genéticas. Se pueden buscar mutaciones en los genes asociados con CMT para confirmar la presencia de la enfermedad y determinar el tipo y subtipo específicos de CMT.

Biopsia de nervio: En algunos casos, se puede realizar una biopsia de nervio para examinar una muestra de tejido nervioso en busca de cambios característicos de CMT. Sin embargo, esta prueba se realiza con menos frecuencia que las pruebas de conducción nerviosa y las pruebas genéticas.

 

Es importante destacar que el diagnóstico de CMT a menudo requiere la colaboración de varios especialistas, incluyendo neurólogos, genetistas y fisioterapeutas. Debido a que existen diferentes tipos y subtipos de CMT, es fundamental determinar el tipo específico para orientar al mejor tratamiento y asesoramiento genético.

 

Si se sospecha que tienes CMT o si tienes antecedentes familiares de la enfermedad y experimentas síntomas relacionados con la neuropatía periférica, es importante buscar la evaluación de un médico especializado en neurología. El diagnóstico temprano y preciso puede ser crucial para la gestión y el manejo adecuados de la enfermedad.


Tratamiento y terapias

El tratamiento y la gestión de la enfermedad suelen ser personalizados y pueden incluir terapia física, dispositivos de apoyo y, en algunos casos, cirugía. Aquellos que experimentan síntomas de CMT deben trabajar en estrecha colaboración con un equipo médico especializado para abordar sus necesidades individuales y mejorar su calidad de vida.

Actualmente no existen tratamientos o curas conocidos para Charcot-Marie-Tooth (CMT), pero se pueden controlar los síntomas:


Fisioterapia: La fisioterapia desempeña un papel fundamental en el manejo de la CMT. Un fisioterapeuta especializado en neuropatía periférica puede diseñar un programa de ejercicios personalizado para el fortalecimiento, propiocepción, equilibrio, movilidad y flexibilidad de los músculos debilitados, mejorar la movilidad y la marcha, y prevenir contracturas musculares.

Terapia ocupacional: Un terapeuta ocupacional puede trabajar contigo para desarrollar estrategias y adaptaciones que te ayuden a realizar actividades diarias, como vestirse, cocinar y escribir, a pesar de los desafíos motores.

Órtesis y aparatos ortopédicos: Dependiendo de tus necesidades individuales, se pueden recomendar órtesis y aparatos ortopédicos para estabilizar las articulaciones, mejorar la alineación y prevenir deformidades. Esto puede incluir órtesis para pies, tobillos, rodillas y manos.

Calzado ortopédico: Los zapatos diseñados específicamente para personas con CMT pueden proporcionar un mejor soporte, comodidad y estabilidad para los pies. Un podólogo especializado puede ayudarte a encontrar el calzado adecuado.

Medicamentos: En algunos casos, se pueden recetar medicamentos para controlar los síntomas de la CMT, como el dolor neuropático. Estos medicamentos pueden incluir antidepresivos tricíclicos o anticonvulsivos.

Cirugía: En casos de deformidades graves o complicaciones ortopédicas, la cirugía puede ser una opción. La cirugía correctiva puede ayudar a mejorar la función y la movilidad.

Asesoramiento genético: Dado que CMT es una enfermedad genética, puede ser útil buscar asesoramiento genético antes de planificar una familia para comprender los riesgos de transmisión a futuras generaciones.

Investigación y ensayos clínicos: Las terapias génicas están siendo investigadas por los científicos con el fin de desarrollar medicamentos que se dirijan a esos genes o a sus funciones. 

Es importante recordar que no existe una cura definitiva para la CMT en este momento, pero el tratamiento y la gestión adecuados pueden ayudar a mejorar la calidad de vida y ralentizar la progresión de la enfermedad. La atención médica especializada y la colaboración con un equipo de profesionales de la salud son esenciales para desarrollar un plan de tratamiento que se adapte a tus necesidades individuales.


Vivir con CMT

Consejos para el día a día


Los consejos para el día a día pueden ayudar a las personas con la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) a llevar una vida más cómoda y funcional. Aquí tienes algunas recomendaciones:

Mantén la actividad física: A pesar de las limitaciones físicas, es importante mantener la actividad física en la medida de lo posible. La fisioterapia y los ejercicios específicos pueden ayudar a fortalecer los músculos y mejorar la movilidad. Consulta con un fisioterapeuta para desarrollar un programa de ejercicios adaptado a tus necesidades.

Usa dispositivos de apoyo: Los dispositivos ortopédicos como órtesis, aparatos ortopédicos, zapatos ortopédicos y aparatos de movilidad pueden ser de gran ayuda para mantener la independencia y la seguridad. Consulta con un ortopedista o terapeuta ocupacional para obtener recomendaciones personalizadas.

Evita caídas: Dado que las caídas pueden ser un riesgo, asegúrate de que tu hogar esté libre de obstáculos y utiliza dispositivos de apoyo, como bastones o andadores, según sea necesario. También puedes considerar la posibilidad de hacer modificaciones en el hogar para facilitar la movilidad, como instalar barras de apoyo en el baño.

Cuida tus pies: Debido a que los problemas en los pies son comunes en la CMT, presta atención especial a su cuidado. Usa calzado adecuado que brinde soporte y comodidad. Realiza revisiones regulares con un podólogo para abordar cualquier problema de pie.

Controla el dolor: Algunas personas con CMT pueden experimentar dolor crónico debido a la debilidad muscular y las deformidades. Trabaja con tu médico para encontrar estrategias de manejo del dolor que sean efectivas para ti, ya sea a través de medicamentos, terapia física o técnicas de manejo del dolor.

Adapta tu estilo de vida: A medida que la CMT puede afectar la movilidad y la energía, es importante adaptar tu estilo de vida según tus necesidades. Esto puede incluir la planificación de actividades con descansos regulares y la gestión de la fatiga.

Mantén una dieta equilibrada: Como mencioné anteriormente, una dieta equilibrada es esencial. Consulta con un dietista para asegurarte de que estás obteniendo los nutrientes adecuados y para abordar cualquier problema de alimentación específico.

Busca apoyo emocional: La CMT puede ser emocionalmente desafiante. No dudes en buscar apoyo emocional a través de grupos de apoyo, terapia o consejería. Compartir tus experiencias y preocupaciones con otros puede ser reconfortante.

Comunica tus necesidades: No temas comunicar tus necesidades a amigos, familiares y empleadores. La comunicación abierta puede ayudar a obtener el apoyo necesario y adaptar el entorno a tus necesidades.

Mantén un seguimiento médico: Realiza visitas regulares a tus médicos y especialistas para monitorear la progresión de la enfermedad y ajustar el tratamiento según sea necesario.

Recuerda que cada persona con CMT experimenta la enfermedad de manera única, por lo que es importante personalizar estos consejos según tus propias necesidades y limitaciones. Trabajar en colaboración con un equipo de atención médica puede marcar la diferencia en tu calidad de vida y bienestar.


Ayudas y productos de apoyo

Para las personas con la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT), las ayudas y productos de apoyo pueden ser esenciales para mejorar la movilidad, la seguridad y la calidad de vida. Aquí hay algunas consideraciones importantes:

Órtesis y aparatos ortopédicos: Estos dispositivos son comunes en el manejo de la CMT. Pueden incluir órtesis para los pies, tobillos y rodillas, así como aparatos ortopédicos para las manos y muñecas. Estos dispositivos ayudan a estabilizar las articulaciones, mejorar la alineación y prevenir lesiones.

Zapatos ortopédicos: Los zapatos diseñados específicamente para las necesidades de las personas con CMT pueden proporcionar soporte adicional, comodidad y estabilidad. Un podólogo especializado en CMT puede recomendar el tipo de calzado adecuado para tu situación.

Bastones y andadores: Dependiendo de la gravedad de los síntomas, algunas personas con CMT pueden beneficiarse de bastones o andadores para mejorar la estabilidad y prevenir caídas. Un fisioterapeuta puede evaluar tus necesidades y proporcionar recomendaciones.

Sillas de ruedas y scooters de movilidad: En casos más graves de CMT, puede ser necesario utilizar una silla de ruedas o un scooter de movilidad para la movilización a largas distancias. Estos dispositivos pueden proporcionar independencia y facilitar el acceso a la comunidad.

Ayudas para la vida diaria: Existen numerosas ayudas para la vida diaria que pueden facilitar las tareas cotidianas. Esto incluye utensilios de cocina adaptados, dispositivos de agarre ergonómicos, abridores de frascos y dispositivos de escritura adaptados.

Adaptaciones en el hogar: Realizar modificaciones en el hogar puede mejorar la accesibilidad y la seguridad. Esto puede incluir la instalación de barras de apoyo en el baño, rampas de acceso, pasamanos en las escaleras y la eliminación de obstáculos.

Dispositivos de comunicación: Para las personas con debilidad en las manos o dificultades en el habla, existen dispositivos de comunicación asistida que pueden ayudar en la comunicación cotidiana. Estos pueden incluir tabletas con aplicaciones de comunicación y dispositivos de seguimiento ocular.

Asistencia en el transporte: Considera la posibilidad de utilizar servicios de transporte adaptado si tienes dificultades para conducir o utilizar el transporte público. Estos servicios pueden proporcionar una forma segura y accesible de moverte.

Acceso a servicios de atención médica: Asegúrate de tener acceso a profesionales de la salud especializados en CMT, como neurólogos y fisioterapeutas con experiencia en la enfermedad. También es importante contar con un equipo médico que comprenda tus necesidades específicas.

Seguro de salud y financiamiento: Investiga las opciones de seguro de salud y financiamiento disponibles para ayudar a cubrir los costos de dispositivos de apoyo y servicios médicos relacionados con la CMT. Puede ser útil hablar con un asesor financiero o un trabajador social para obtener orientación.

Recuerda que la elección de las ayudas y productos de apoyo debe ser personalizada y adaptada a tus necesidades individuales. Trabaja en estrecha colaboración con profesionales de la salud, terapeutas ocupacionales y especialistas en CMT para determinar qué dispositivos y adaptaciones son más adecuados para ti. Estas ayudas pueden marcar una gran diferencia en tu calidad de vida y en tu capacidad para llevar una vida independiente y activa.


Ejercicio físico

El ejercicio físico es importante para las personas con la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT), aunque debe ser abordado de manera cuidadosa y adaptado a las necesidades individuales debido a las limitaciones neuromusculares. Aquí tienes algunas consideraciones sobre el ejercicio físico en pacientes con CMT:

Consulta a un fisioterapeuta: Antes de comenzar cualquier programa de ejercicio, es fundamental consultar a un fisioterapeuta o un profesional de la salud especializado en CMT. Ellos pueden evaluar tu condición física y diseñar un programa de ejercicios personalizado que tenga en cuenta tus debilidades musculares y limitaciones específicas.

Enfoque en la fisioterapia: La fisioterapia desempeña un papel clave en el manejo de la CMT. Los ejercicios específicos de el fortalecimiento, propiocepción, equilibrio, movilidad y flexibilidad  pueden ayudar a mantener la función muscular y la movilidad. La terapia física también puede incluir técnicas de respiración y ejercicios para mejorar la postura y la marcha.

Ejercicios de bajo impacto: En general, se recomiendan ejercicios de bajo impacto para las personas con CMT. Esto puede incluir caminar suavemente, nadar, andar en bicicleta estacionaria y ejercicios de resistencia con pesas ligeras. Estos ejercicios ayudan a mantener la fuerza y la resistencia muscular sin poner demasiada tensión en las articulaciones y los músculos.

Evita el agotamiento: La fatiga es común en personas con CMT, por lo que es importante escuchar a tu cuerpo y evitar el agotamiento. Planifica tus sesiones de ejercicio en función de tus niveles de energía y toma descansos regulares.

Enfócate en la calidad, no en la cantidad: No es necesario realizar largas sesiones de ejercicio. En cambio, enfócate en la calidad de tus movimientos y ejercicios. Realiza ejercicios de forma controlada y concentra tus esfuerzos en los grupos musculares que más necesitas fortalecer.

Utiliza dispositivos de apoyo: Dependiendo de la gravedad de tus síntomas, es posible que necesites dispositivos de apoyo, como bastones o andadores, durante el ejercicio para mantener la estabilidad y prevenir caídas.

Escucha a tu cuerpo: Si experimentas dolor o malestar durante el ejercicio, detente de inmediato y comunica cualquier preocupación a tu fisioterapeuta o médico. El dolor no debe ser ignorado ni considerado como parte del proceso de ejercicio.

Mantén la flexibilidad: Los ejercicios de estiramiento son importantes para mantener la flexibilidad de las articulaciones y prevenir contracturas musculares. Incluye ejercicios de estiramiento suaves en tu rutina.

Consistencia: La consistencia en el ejercicio es clave. Intenta establecer una rutina de ejercicios regular que se adapte a tus necesidades y posibilidades. El ejercicio regular puede ayudar a mantener la función muscular y la movilidad a lo largo del tiempo.

Comunicación con tu equipo médico: Mantén una comunicación abierta con tu equipo médico y terapeutas sobre tu programa de ejercicio. A medida que tu condición evolucione, es posible que sea necesario ajustar tu programa de ejercicios para adaptarlo a tus necesidades cambiantes.

Recuerda que la clave es la personalización: lo que funcione para una persona con CMT puede no ser adecuado para otra. Trabajar en colaboración con profesionales de la salud y adaptar el ejercicio a tus necesidades individuales es esencial para obtener los mejores beneficios y mantener una buena calidad de vida.


Alimentación

La alimentación es un aspecto importante para el bienestar general de las personas, incluyendo aquellas que padecen la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT). Si bien no existe una dieta específica para la CMT, hay algunas consideraciones nutricionales que pueden ser relevantes:

Mantener una dieta equilibrada: Es fundamental para todos, incluyendo los pacientes con CMT. Esto implica consumir una variedad de alimentos que proporcionen los nutrientes esenciales, como proteínas, carbohidratos, grasas saludables, vitaminas y minerales.

Controlar el peso: Algunas personas con CMT pueden tener dificultades para mantener un peso corporal saludable debido a la disminución de la actividad física. Es importante trabajar con un profesional de la salud o un dietista para establecer un plan de alimentación que se ajuste a las necesidades individuales y evite el aumento de peso no deseado o la pérdida de peso excesiva.

Prevenir la osteoporosis: Las personas con CMT pueden estar en mayor riesgo de desarrollar osteoporosis debido a la falta de actividad física y la debilidad muscular. Consumir suficiente calcio y vitamina D en la dieta, o a través de suplementos si es necesario, es esencial para mantener la salud ósea.

Hidratación: Mantenerse bien hidratado es importante para todos, pero puede ser especialmente relevante para las personas con CMT, ya que la deshidratación puede empeorar los síntomas neuromusculares y causar calambres musculares.

Fibra y regularidad intestinal: Algunas personas con CMT pueden experimentar problemas de movilidad gastrointestinal. Consumir una dieta rica en fibra y beber suficiente agua puede ayudar a mantener la regularidad intestinal y prevenir el estreñimiento.

Consultar con un dietista: Si tienes preocupaciones específicas relacionadas con la alimentación o si experimentas dificultades para tragar debido a debilidad en los músculos orofaciales, es importante consultar con un dietista o un especialista en nutrición. Pueden proporcionar pautas nutricionales personalizadas y sugerencias para abordar tus necesidades individuales.

Considerar la necesidad de suplementos: En algunos casos, un médico o un dietista puede recomendar suplementos nutricionales específicos para abordar deficiencias de nutrientes que puedan estar relacionadas con la CMT.

En general, una alimentación equilibrada y adaptada a las necesidades individuales es esencial para mantener la salud y el bienestar de las personas con CMT. Trabajar en estrecha colaboración con profesionales de la salud puede ayudar a garantizar que se satisfagan las necesidades nutricionales específicas y se aborden cualquier preocupación relacionada con la alimentación.

Aspectos psicológicos

Los aspectos psicológicos en pacientes con la enfermedad de Charcot-Marie-Tooth (CMT) son de gran importancia y deben ser considerados en su atención integral. Aquí hay algunas consideraciones clave:

Impacto emocional: El diagnóstico de una enfermedad crónica como la CMT puede generar una variedad de emociones en los pacientes, incluyendo ansiedad, depresión, frustración y miedo. La adaptación a los cambios físicos y las limitaciones que puede causar la enfermedad puede ser un desafío emocional significativo.

Autoimagen y autoestima: Los cambios físicos que experimentan los pacientes con CMT, como la debilidad muscular y las deformidades, pueden afectar su percepción de sí mismos y su autoestima. Pueden sentirse incómodos con su apariencia y experimentar una disminución de la confianza en sí mismos.

Aislamiento social: La CMT puede limitar la movilidad y la participación en actividades sociales y recreativas. Esto puede llevar a la sensación de aislamiento y soledad, lo que a su vez puede afectar negativamente la salud mental.

Estrés y preocupación: Los pacientes con CMT a menudo enfrentan preocupaciones relacionadas con la progresión de la enfermedad, la posibilidad de discapacidad y la dependencia de dispositivos ortopédicos. Estas preocupaciones pueden generar estrés crónico.

Apoyo emocional: Es importante que los pacientes con CMT cuenten con un sistema de apoyo sólido, ya sea de amigos, familiares o grupos de apoyo. El apoyo emocional puede ayudar a reducir el impacto psicológico de la enfermedad y proporcionar un espacio para compartir experiencias y estrategias de afrontamiento.

Asesoramiento psicológico: En algunos casos, puede ser beneficioso que los pacientes busquen la ayuda de un profesional de salud mental, como un psicólogo o un psiquiatra, para abordar las cuestiones emocionales y psicológicas relacionadas con la CMT. La terapia cognitivo-conductual, por ejemplo, puede ayudar a desarrollar habilidades de afrontamiento y manejo del estrés.

Educación y conocimiento: El conocimiento sobre la enfermedad y sus aspectos emocionales puede empoderar a los pacientes. Comprender la naturaleza de la CMT, sus tratamientos y las perspectivas a largo plazo puede ayudar a reducir la ansiedad y la incertidumbre.

En resumen, los aspectos psicológicos en pacientes con CMT son una parte importante de su atención médica. El apoyo emocional, el asesoramiento psicológico y la educación son componentes clave para ayudar a los pacientes a enfrentar los desafíos emocionales y psicológicos asociados con esta enfermedad crónica. La atención integral que aborde tanto los aspectos físicos como los emocionales puede mejorar la calidad de vida de las personas con CMT.